Durante un reciente viaje de la dirección de CONCOVI a la ciudad condal se visitó el edificio “La Chalmeta”, todo un ejemplo del modelo de vivienda social que fue entregado hace pocos meses, y del que se benefician 35 unidades de convivencia (UC); los habitantes de sus 32 viviendas y los usuarios de los tres locales con los que cuenta. Un edificio en el que se ha trabajado totalmente con materiales reciclados y naturales, aplicando criterios de bioconstrucción y que se ha convertido en uno de los más asequibles y sostenibles de Barcelona, dando prioridad al autoconsumo energético 100% renovable.

“La Chalmeta” no es una promoción usual, es un ejemplo de lo que CONCOVI defiende como modelo de cohousing; se trata de viviendas colaborativas sobre un modelo de colaboración público-privada donde el edificio es de la cooperativa y el suelo del Ayuntamiento de Barcelona, en el que los socios cooperativistas tienen la cesión de uso de sus viviendas durante 75 años, renovables hasta 90.

El Edificio es la parte visible de la cooperativa Llar Jove – Marina del Prat Vermell SCCL y recibe el nombre de “La Chalmeta” por ser el nombre de la calle donde se ubica, que a su vez recibe su nombre por ser el de Micaela Chalmeta, fallecida en 1951, una conocida activista valenciana que vivió allí y fue la fundadora de l’Agrupació Femenina Socialista de Barcelona.

La cooperativa llar Jove fue premiada por este proyecto en la tercera entrega de los Premios Alfonso Vázquez Fraile, en 2018, y es una de las primeras promociones de vivienda social en régimen de cesión de uso conseguidas por medio de un concurso del Ayuntamiento, junto a La Borda, Princesa, o La Balma.

A su alrededor se ha creado un movimiento social sobre la idea de un modelo cooperativo con gente muy involucrada en la economía social, trabajando acciones y tejido social con asociaciones de vecinos, ofreciendo charlas, priorizando a familias monoparentales y con pocos recursos, que gracias a este proyecto no han tenido que dejar su barrio de origen.

Fuente: CONCOVI